Dra. Raquel Zak Goldstein

Médica y psicoanalista, miembro didacta de la Asociación Psicoanalítica Argentina, donde se desempeña como profesora titular del Instituto de Psicoanálisis. Ha participado con sus ponencias en Congresos de la Asociación Psicoanalítica Internacional y dicta seminarios y conferencias en Estados Unidos, Europa y Latinoamérica. Es fundadora de los "Encuentros" sobre el pensamiento de Winnicott que se realizan anualmente en Latinoamérica y creadora del "Espacio Winnicott" de la Asociación Psicoanalítica Argentina. Ha publicado "El Objeto en Psicoanálisis" (en Colab.), "Artesanías Psicoanalíticas" (en Colab.), "La Psicosexualidad" (en Colab.) y "And Then...Why Lacan?". Varios de sus artículos se han publicado en diversas revistas científicas de Argentina, Latinoamérica y Europa. Es creadora y compiladora del Journal "Encuentros", publicación perteneciente al "Espacio Winnicott" de la A.P.A.
"De la Erótica" reúne algunos de los escritos de la autora, relacionados con temas que inverstiga desde hace muchos años. La sexualidad, la condición femenina, la vida amorosa, el juego erótico y la constitución psíquica.

De la Erótica
Ediciones Publikar. 1999.

Una de las preguntas que insiste en estos textos es: ¿qué es? y por consiguiente ¿cómo "debe ser" la mujer para el hombre?. Lo que deriva en la difícil cuestión de cómo se sitúa la mujer en función de "eso" que ella "es" para él. Es ante todo "ese algo", de un "antes"..."habitante" -como "el otro prehistórico" - del territorio "más allá"... Por eso es enigma. "Ese oscuro objeto del deseo", marca indeleble con la cual Buñuel supo inscribir ese anudamiento conceptual, es oscuro para el hombre e inestable-insoportable como identidad multifacética para la mujer, que debería aprender a habitarse, como sujeto de su "ser además un ser humano" (Freud Conf. 33º " La Femineidad").
Su "hábitat" es una categoría "inconmesurable", la categoría cuerpo carnal, dimensión que cabalga entre lo imaginario y lo real; encabalgamiento de una psique y un cuerpo somático, en vías de constituirse -siempre en forma inestable- en cuerpo erógeno. Es ese oscuro objeto del deseo -que se crea gracias al "trabajo enigmático de la femineidad"-, el que despliega la mujer, para poder como ser humano, poner en juego la condición de señuelo. Este trabajo de la seducción, es el que sostiene la erótica desde " el comienzo de los tiempos"