Detección de las defensas en las secuencias
narrativas.
Lic. Cristina Tate de Stanley.
Partimos de la hipótesis que
cada relato es indicio de un grupo determinado de defensas y que las posiciones
específicas del relator en dichas escenas va a dar cuenta de las defensas
intervinientes, sobre todo de la defensa central.
En este nivel del ADL,
complementamos la grilla de las secuencias narrativas que expresan los siete
lenguajes del erotismo considerados, con instrumentos adecuados para detectar
las defensas:
1) un
inventario de las defensas dominantes en dichas narraciones. Estas son : A)
Represión. B) Desmentida. C) Desestimación de la realidad y de la instancia
paterna y D) Desestimación del afecto.
Cuadro I.
2) una
categorización de las posiciones del hablante en el relato.
Cuadro
II
Cuando nos preguntamos por
la posición del narrador en la escena, tenemos en cuenta dos tipos de análisis
de las posiciones, para detectar si se trata de una defensa a) normal o b)
patógena.
El análisis que
toma en cuenta las categorías freudianas : M (modelo), O (objeto), R (rival), A
(ayudante), S (sujeto), DI (doble idéntico).
Si el relator se
ubica en escenas con desenlaces eufóricos o disfóricos. Esto es si se ubica
como sujeto activo frente a su deseo que cuenta con un modelo, ayudantes, etc.
o bien si se ubica en escenas donde por ejemplo no pueden pasar del despertar
de un deseo a la tentativa de consumación del mismo. Cuadro de Secuencias narrativas.
El algoritmo David Liberman
cuenta con una secuencia de pasos sucesivos que permiten responder a las
preguntas acerca de la especificidad de la defensa central en juego en cada
caso.
El primer paso
consiste en decidir si la defensa se opone al deseo o a la realidad (afectiva,
sensorial) y la instancia paterna. Para esto es conveniente prestar atención a
cual es el erotismo predominante en el fragmento del relato estudiado. De los
dos criterios utilizados para determinar la prevalencia de alguno de los
lenguajes del erotismo, el estadístico y el lógico, damos prevalencia al
segundo, que es generalmente el que da coherencia y organiza el conjunto.
Cuadro IV.
Defensas opuestas al deseo.
En este grupo es necesario
diferenciar entre la Represión por un lado y la Sublimación y la Creatividad
por el otro.
Cuadro V.
Todas ellas se oponen al
deseo pero con recursos diferentes. La represión le deniega a los
representantes psíquicos inconcientes de la pulsión una traducción al Prec. y a
la palabra y el Yo coloca un sustituto Prec usado como contrainvestidura, de la
cual participan tanto ciertas fijaciones pulsionales ( que le dan
particularidad al deseo que se intente reprimir, como algunos mecanismos
complementarios. La sublimación, le impone a la pulsión un cambio de meta, la
desexualiza (en esto participan los ideales sociales, etc).
La creatividad, permite
alcanzar un placer (como la risa en los chistes), simultáneo con la produción
de una manifestación, el Prec no opera con la contrainvestidura del deseo, sino
que altera su forma (no su contenido).
Las tres defensas opuestas
la deseo comparten una serie de mecanismos complementarios, que difieren según
cuál sea la erogeneidad en juego (A2, FU o FG).
El segundo paso
consiste en decidir si la defensa frente al deseo es del tipo de la represión,
la sublimación, o la creatividad. Aquello que nos va a orientar en esta
decisión van a ser las relaciones entre los lenguajes de erotismo dominantes y
el contexto. Si el lenguaje del erotismo en el que se despliega la acción
narrada es armónico con el contexto, entonces la defensa puede ser de la gama
de la sublimación o la creatividad. Si así no ocurre, la defensa dominante es
la represión.
Represión
El tercer paso
consiste en decidir si la represión es una defensa funcional o patógena. Para
ello, consideramos si se da un predominio hipertrófico del lenguaje del
erotismo anal secundario, fálico uretral o fálico genital, que interfiere en
las posibilidades expresivas. Si así ocurre, entonces la defensa en juego es
patógena. Si en cambio, en el discurso tienen cabida varios lenguajes del
erotismo de un modo armónico, la represión es funcional.
El paso siguiente (cuarto)
consiste en decidir si la represión patógena es exitosa o fracasada.
Cuando la represión patógena
es exitosa, el paciente se ubica en la posición de sujeto de un deseo
hipertófico frenado. Cuando fracasa, el paciente se coloca como actor de una
tentativa de consumación fracasada y por consiguiente como rival derrotado en
relación con dicho deseo. Esto se da en las neurosis de transferencia.
En ocasiones el
procesamiento pulsional no termina allí sino que conduce a alteraciones en el
Yo, como ocurre con los rasgos de carácter y a veces el proceso termina en una
caracteropatía (histérica,fóbica u obsesiva), cuando el rasgo de carácter
deriva de una identificación con un objeto decepcionante y se acompaña de una
desmentida secundaria. En ocasiones el desenlace patógeno da un paso más y
conduce a alteraciones severas como las psicosis (histéricas, fóbicas u
obsesivas) en las cuales intervienen otros procesos como la desestimación de la
realidad.
El paso quinto
consiste en decidir si en el relato del paciente advertimos sólo la eficacia de
la represión y sus mecanismos complementarios o si se le agregan mecanismos
propios de las caracteropatías y/o las psicosis. Para ello debemos considerar la
posición del paciente en el relato, si éste se ubica en la posición de quien
consuma su deseo a costa de otros (ayudantes no reconocidos) o si se ubica en
la posición de dichos ayudantes, inferimos que a la represión se le agregan
otras defensas de la gama de la desmentida secundaria.
Por lo tanto es necesario
dar un nuevo paso, sexto y este es, si esa defensa (desmentida
secundaria) es exitosa o fracasada. Si la posición del paciente es la de sujeto
de un deseo que pretende consumar a costa de otros (exitosa) o si es la de
ayudante (desconocido en su valor), gracias al cual el otro alcanza la meta, la
defensa ha fracasado.
De este modo establecimos
una secuencia de seis pasos para detectar la defensa ante el deseo.
Cuadro VII.
Nota : La ponencia teórica
va acompañada de transparencias con los cuadros mencionados en el texto.
Si el tiempo de exposición
teórica lo permite ejemplificaré con una breve viñeta clínica.