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LA CULTURA DE LA INDIFERENCIA

En los últimos años, nos encontramos con un aumento en los niveles de padecimiento que nos genera nuevos interrogantes. Patologías que siempre existieron pero que ahora se agudizan, se incrementan o van tomando nuevas formas, tienen estilos de funcionamiento, de expresión, de comunicación, de vínculos, muy diferentes de los de comienzos de siglo.
La crisis se inscribe en un mundo caracterizado por la peor de las violencias: "la violencia incandescente de la indiferencia", como la llama Baudrillard, que es una forma de violencia encubierta que se oculta tras los cánones de la normalidad.
Indiferencia que también puede observarse ante la abrumadora inundación de una información desenfrenada, que desborda el aparato psíquico en sus posibilidades de contenerla, elaborarla y transformarla, donde ni el dolor propio ni el ajeno tienen lugar.